De la Rosa de Oro y la Puerta del Sol a la Calle del León
Vicente González pasó algunos años de principios del XX en la Rosa de Oro, afinando su conocimiento y manejo de quesos, chacinas y embutidos. Estando en plena Puerta del Sol, también la suerte le deparó la posibilidad de aprender el difícil arte de atender las necesidades de los paladares más exigentes entre los clientes de aquel Madrid moderno. La introducción de Vicente en la ciudad no podía tener mejor escenario. Cerca estaba el Café de Pombo—hoy desaparecido–, donde los más vanguardistas se debatían en tertulia con los rescoldos del modernismo literario. Los Ramón Gómez de la Serna, Bergamín o Bacarisse, tendrían más de un encontronazo con Valle-Inclán y otros supervivientes del fin de siglo. ¿Quién le iba a decir a Vicente González, que años después, el propio Valle-Inclán sería cliente suyo en la Calle del León?
Su éxito en el gremio y su buen hacer fue tal que no tardaron en ofrecerle un puesto en la pujante Mallorquina, en la misma Puerta del Sol, justo a la entrada de la Calle Mayor. Pocos establecimientos de Madrid tienen mayor fama y reputación que la deliciosa pastelería que ocupa la esquina de Mayor con Sol desde 1894. Casa Labra, Lardhy, El Café Gijón, Botín, la taberna de Antonio Sánchez… negocios, locales privados que dibujan en la ciudad la memoria colectiva, leves trazos de una historia que va desvaneciéndose poco a poco.
El joven Vicente González no podía disponer de mejor ubicación ante el principal escenario de la ciudad. Los convulsos años 20 desfilaron por la Puerta del Sol: el despertar de los movimientos obreros, la caída de gobiernos, la instauración de dictaduras, la vanguardia artística y política, la transformación social del país. Todo, absolutamente todo lo que ocurría en la España de principios de siglo estaba presente, ante los ojos atónitos de Vicente, en la Puerta del Sol. Posiblemente allí tuviera lugar su despertar a la conciencia y la actividad política llevándole a militar como convencido republicano años después. Pero eso es adelantar mucho las cosas. De momento estamos en los años veinte y en pleno centro de Madrid y Vicente González ya se ha ganado un lugar en la ciudad.
Por entonces Vicente vivía en la calle Sombrerería en el siempre abigarrado Lavapiés. En todas las ciudades del mundo con historia, hay barrios que se alzan con una contundencia y personalidad notables. Lavapiés es uno de ellos. Judería, barrio musulmán, puerta de entrada de inmigrantes a la ciudad, caladero del vicio y la virtud, nido revolucionario y espacio para la creación….un universo de luces y sombras en el que Vicente conoció a la que sería su esposa y la protagonista, tal vez a su pesar, del éxito profesional de González. Candelas Hernanz Ramírez, era una mujer seria y adusta, cariñosa y delicada, pero poco habladora y nada amiga de excesos y extravagancias. Mujer práctica, trabajadora y espartana.
Vicente,
Me encanta poder saber más sobre mi lugar favorito del Barrio de las Letras.
Como pones «(1)» al lado del título del artículo, ¿podemos esperar más detalles sobre la historia de Casa González en el futuro? ¡Ojalá que sí!
Gracias por tus esfuerzos y ¡Viva nuestro Barrio de las Letras!
¡Viva! Es un lujo tener lectores como tú que añaden entusiasmo a su inteligencia. Muchas gracias
¡¡Ganas de seguir leyendo El Origen de González!!
Enhorabuena por la revista y gracias por todo el esfuerzo y cariño para que podamos disfrtarla…
¡¡ Larga vida al González!!
Muchas gracias por tus generosas palabras, Silvia
Sí Chente, cuéntanos más. Como decimos en Colombia ‘quedamos empezados’. Y felicitaciones por este nuevo emprendimiento, está genial. Veo que el ingenio del abuelo no se ha perdido.
Gracias
Gloria
Contaremos hasta el día en que nos llevaron a conocer el hielo. Si no existiera Colombia tendríamos que inventarla.
Vicente, me he quedado con todas las ganas de saber más sobre los orígenes de Casa González, por favor continúa con la historia,
¡¡¡Gracias!!!!
Rebeca
Muchas gracias, Bequi. Te prometo que continuará, lo que pasa es que el tiempo apremia y son muchos los frentes. Pero llegará.
Conocer el origen de González hace que nos guste más.
Unir pasado y presente.
Vicente González estará orgulloso de vosotros.
Buen trabajo