UVA GARNACHA: CASI TODO LO QUE HAY QUE SABER

Desde hace algún tiempo muchos hablan de la Garnacha, la elogian, pero muy poca gente conoce los detalles de esta interesante uva. Vamos a explicar cuál es su origen, algunas curiosidades de su historia y qué hace de esta uva una protagonista indiscutible. Pero comencemos indicando que bajo el nombre “Garnacha” hay diversas variedades y no todas iguales: la blanca, la peluda, la tintorera. En este artículo vamos a centrarnos en la garnacha tinta que es la más noble y, posiblemente, una de las más extendida en el mundo.

El Origen de la Garnacha

Parece que el origen de esta variedad se encuentra en la Corona de Aragón ya en la Edad Media. Es posible que debido a su cuna, la propagación de esta uva coincida con los territorios más relacionados con dicha corona. Principalmente nos referimos a los del Mediterráneo francés, Cerdeña, Sicilia e Italia. En esos territorios se conoce, respectivamente, como “grenache” o “aragonais” (lógico), “cannonau” o “tocai rosso”. También se expandió por la cuenca del Ebro haciéndose muy común en La Rioja y Navarra, llegando, posiblemente llevada por los peregrinos del Camino de Santiago (como ocurrió con tantas otras cosas), hasta el sur del Ródano (Châteaunef du Pape).

Lo que resulta innegable es el éxito que tuvo en todas estas regiones. Hoy día es la tercera variedad más frecuente en España, detrás de la Airén y Tempranillo, y la séptima a nivel mundial. Podemos encontrarla en lugares tan variados como California, Australia o Sudáfrica (163.000 hectáreas mundiales). En el caso de España, parece que su cultivo ha descendido desde 2010. Algunos especialistas explican dicho descenso por el menor rendimiento de estas vides frente a otras de producción más abundante.

El terreno y cultivo de la Garnacha

Las vides de garnacha encuentran sus mejores condiciones en las laderas montañosas, sobre terrenos pobres y minerales. Especialmente, los suelos de pizarra o ácidos parecen favorecer la mejor expresión de sus frutos. Álvaro Palacios ha indicado en muchas ocasiones que no es casual que esta variedad dé sus mejores frutos en las faldas del Sistema Ibérico. Buen ejemplo de ello es el magnífico resultado de vinos como Prados, criados en las laderas del Moncayo.

Uno de los problemas que acarrea esta variedad es que su rendimiento es muy bajo siendo económicamente menos rentable para los viticultores. La razón para que esto ocurra es que la Garnacha es una vid “vecera”, es decir, una planta con memoria que, habiendo sufrido años duros, constriñe su producción con vistas a que se repitan las mismas condiciones adversas.

A todo lo anteriormente explicado se añade que el ciclo vegetativo de la Garnacha es largo, frente a variedades más tempranas como la Merlot, la Cabernet Franc o la misma Tempranillo. Eso determina la concentración de taninos y fenoles que evolucionarán de manera muy distinta. Podríamos pensar que eso explica, por ejemplo, la mayor presencia de tonos cítricos en los vinos de Garnacha, frente a los más lácticos para los elaborados con Merlot o Tempranillo.

Cómo son los vinos de Garnacha

Las características de su cultivo determinan, como ocurre con todas las variedades, el resultado obtenido. Los vinos de Garnacha suelen ser poco tánicos, ricos en azúcares y, por tanto, con tendencia a ser más alcohólicos. Cuando esas características naturales de la uva se ven acompañadas de viñas viejas y terreno adecuado, nos encontraremos, si el fruto ha sido manejado correctamente, con vinos de taninos controlados, aromáticos y untuosos.

Las características organolépticas más comunes de estos vinos suelen ser las notas afrutadas con recuerdos de frutos rojos y toques de especias, en concreto de pimienta, con un fondo cítrico evidente. En general, cuando descorchamos una Garnacha, solemos encontrarnos con vinos de cuerpo medio.

Sin duda alguna, este tipo de vinos tienen en común su vitalidad. Esto hace que sean tan apreciados por los consumidores. A ello se añade la mencionada ligereza que ha llevado a que muchos consideren esta uva como la Pinot Noir del sur.

Cuáles son los vinos más famosos de Garnacha

Comencemos por indicar que los vinos de Garnacha se presentan, tradicionalmente, en botellas borgoñonas. Posiblemente esto se deba a la semejanza señalada entre nuestra uva y la Pinot Noir, tan frecuente en los borgoñas. De cualquier manera, es un detalle de tradición a tener en cuenta y que muchas bodegas respetan.

Entre todos los garnachas mundiales, es posible que el más famoso, por su innegable calidad y terrible precio, sea Château Rayas. Según muchos especialistas, este es uno de los mejores vinos de Châteaunef-du-Pape.

Como ya hemos indicado más arriba, podemos encontrar grandes vinos de garnacha en California, Australia o Sudáfrica. En California hay que destacar los viñedos de Paso Robles que han despuntado por su magnífica elaboración basada en esta variedad. También es interesante el resultado obtenido por Rogue Valley, en Oregon, con su Garnacha Jaxon 2013 o el Garnacha Sur Echalas del estado de Washington. Todos ellos, son un buen ejemplo de las posibilidades de esta uva más allá del Atlántico. Lo mismo podemos decir de los sudafricanos como Culumella , de Sadie Family, que aunque sea un coupage, saca toda la expresividad y frescura de la Garnacha. En ese sentido, no podemos olvidar el David & Nadie Grenache procedente de Swartland. Sin embargo, pensamos que los vinos españoles siguen siendo la mejor opción si queremos adentrarnos en el potencial de las Garnachas.

Cuáles son los vinos y Regiones españoles con mejores Garnachas

Esta variedad se puede encontrar en los lugares más diversos, pero hay zonas en las que desempeña un innegable protagonismo. Sin duda alguna, en el Priorato se ha convertido en una de las uvas siempre presentes en cualquier elaboración de calidad como lo son el mítico Finca Dofí o Les Terrasses, y sin duda, entre los grandes nombres, como Clos Mogador. Siguiendo en Cataluña, nos parece muy interesante lo que, desde Tierra Alta, ofrece Diorama, con su garnatxa negra, llena de frescura y riqueza aromática.

Dentro de esa defensa de la tipicidad, como no puede ser de otra manera, no podemos olvidar los vinos procedentes de Calatayud o el Campo de Borja (recordemos lo que dijimos sobre los territorios de la garnacha). Junto a las elaboraciones de Prados, siempre expresivas, siempre magníficas, podemos añadir, respecto a la primera, la interesante interpretación de La Dolores, aunque venga presentada en botella bordelesa siendo monovarietal.

Pero si decidimos explorar lo que ofrecen las garnachas del centro peninsular, hay varias bodegas que no pueden pasar desapercibidas. Comenzaremos por una de los bodegas familiares más notables de Madrid: Vinos Jeromín. Su Grego Garnacha Centenaria, nos parece una propuesta extraordinaria a un precio muy asequible para captar las principales virtudes de esta uva. También tenemos que recordar la propuesta que nos llega desde La Mancha, con Titos, otra de las grandes interpretaciones que tiene la Garnacha en estos territorios interiores.

Sea como protagonista o formando parte de deliciosos copupages (como ocurre en Martín Zurbano, desde La Rioja), la uva Garnacha está presente en multitud de elaboraciones. Nuestra recomendación siempre será la misma: conocer lo que produce nuestra tierra, darle valor y explorar las nuevas interpretaciones. Las garnachas peninsulares merecen atención, la calma y tiempo necesarios para disfrutar lo que la tierra y los orígenes tienen para ofrecer. Y es mucho.

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