La Rosa de los Vientos

LA ROSA DE LOS VIENTOS

Diversidad cultural y convivencia en El Barrio de las Letras.

Si alguien me preguntara qué es España o cómo es, seguramente no podría contestarle. Al menos, no podría contestar esa pregunta de una manera simple y directa porque lo que llamamos España no es, sino que son muchas cosas. Posiblemente ahí estaría el secreto para una respuesta coherente: en el plural. Este espacio geográfico y cultural que llamamos España es un gran conjunto de pluralidades, un pequeño espacio dotado de una gran diversidad. Y en nuestro Barrio de las Letras, en nuestro Madrid, se refleja, como no podía ser de otro modo, esa diversidad. Está presente entre los que vivimos aquí, en los que nos visitan y, evidentemente, también en los diversos negocios, actividades y locales que aquí se ofrecen.

Da igual cuál sea el aspecto que queramos conocer o estudiar sobre España, siempre nos vamos a encontrar con una característica común que podría, perfectamente, representarse por una cebolla, por una enorme cebolla. Si tomáramos ese vegetal entre nuestras manos y la cortáramos en dos, nos encontraríamos con toda una serie de capas, desde las más exteriores hasta las diminutas del corazón. Imaginemos que tenemos que elegir una de ellas para definir “la cebolla” ¿cuál elegiríamos?, ¿cuál de todas ellas es la más auténticamente cebolla? Ese es el retrato más acertado de España: un conjunto de capas, un gran conjunto de diversidades, un gran abanico de realidades. Todas juntas y, al mismo tiempo, cada una de ellas por separado son igualmente “cebolla”, igualmente España., igualmente nosotros. Somos plurales.

Nada forma esencialmente nuestra identidad y todo puede sumarse para formar parte de ella. Somos una realidad “en construcción”, a la que se van sumando otras realidades que nos enriquecen y, a la vez, incrementan nuestra diversidad. Sin embargo, es cierto que a lo largo de nuestra historia ha habido gente empeñada en imaginarnos como algo único, “puro”, definido, limitado….por fortuna la realidad siempre ha triunfado frente a la simplificación. Intentaré explicar con más detalles nuestra pluralidad.

Como espacio geográfico, somos un territorio relativamente pequeño. La verdad es que, comparados con otros países del mundo, los países europeos son bastante pequeños. Por ejemplo, el estado norteamericano de California es prácticamente igual a España en superficie y población. Frente a los 504.000 km2 de España, California tiene 423.000 que no son lo mismo, pero podemos pensar que son prácticamente equiparables. Y por lo que respecta a la población, nos encontramos en una situación similar. En California había un censo de 38 millones de habitantes en el 2016, mientras que en España se contabilizaron ese mismo año unos 47 millones de habitantes. Pero no olvidemos una cosa en nuestra comparación, California sólo es un estado de un enorme país, mientras que España identifica a la totalidad del país, del estado, del territorio. Somos un pequeño país y, sin embargo, este espacio geográfico ofrece una enorme diversidad física.

Al ser una península nos rodean dos mares y un océano (en realidad un océano y un mar): el Océano Atlántico al oeste, el Mar Cantábrico al norte (que forma parte del Océano Atlántico) y el Mar Mediterráneo al este y sur. Esas tres masas de agua determinan, por sus diferencias naturales, unos entornos, unos ecosistemas naturales y culturales, muy diversos y distintos. De las fuertes aguas del Mar Cantábrico a las amables aguas del Mediterráneo; de la frialdad del Atlántico en las costas de Galicia a la turbulencia de corrientes en el Estrecho de Gibraltar. Pero también, nuestra ubicación geográfica ha hecho de nosotros, de nuestro territorio, un gran cruce de caminos, una enorme Rosa de los Vientos, en la que se encuentran Norte y Sur, Este y Oeste.

Desde la noche de los tiempos (es decir, desde hace miles y miles de años) infinidad de pueblos y gentes diversas han llegado a las costas de la Península Ibérica y, cada una, ha dejado su impronta, su marca, en quienes somos hoy. Ese fenómeno de acogida, de recepción de influencias a través de distintas gentes ha ocurrido y sigue ocurriendo hoy. Hace miles de años identificábamos a esos grupos como viajeros, como pudieran ser los fenicios, los griegos, los romanos, los árabes o los pueblos del norte de África (por la costa este y el sur de la península); o los pueblos germánicos y vikingos (por las costas del norte). Hoy día sigue llegando gente en busca de un nuevo mundo, de una nueva vida, aunque no los identificamos como pueblos, sino como inmigrantes. Muchos de ellos vienen del África subsahariana, otros del norte del continente, muchos de Oriente Medio, acosado en la actualidad por las guerras y los conflictos. También es muy importante (tal vez sea la mayor aportación de nueva gente a la población de la Península Ibérica actual) la presencia en nuestra tierra de muchas personas procedentes de América Latina: Ecuador, República Dominicana, Perú, Colombia, Venezuela, Cuba, Argentina, etc…..Pero tampoco podemos olvidar el aporte de población que durante los años 90 del pasado siglo y principios del siglo XXI llegaron procedentes de los países del este y norte europeo: rumanos, polacos, ucranianos y rusos; o de la lejana China. Todos estos pueblos, todas estas gentes, todas estas personas se han ido sumando con el paso de los años para crear lo que nosotros somos hoy. Todos ellos forman parte de nuestra “cebolla” histórica y cultural hayan venido hace 2.500 años o hace apenas diez. ¿Cuál de todos ellos somos nosotros? ¿Cuál de todas esas identidades elegiremos para definir quiénes somos nosotros, quiénes serán nuestros hijos y nuestros nietos dentro de muchísimos años más? Creo que merece la pena escuchar a estas personas para entender mejor lo que significa “ser español” (pulsa en la imagen):

Si me preguntaran qué es España o cómo es, no podría explicarlo sin recordar algo de todas y cada una de esas personas, de esas comunidades, que se han integrado para formar lo que somos. Nuestros barrios, El Barrio de las Letras de Madrid, nuestra gastronomía, cuentan las historias de todas esas gentes.

2 comentarios sobre «La Rosa de los Vientos»

  1. Mejor explicado imposible. Me gusta mucho que seamos una enorme Rosa de los Vientos, bonito, muy bonito .

    Un artículo necesario que mucha gente debería leer .
    Muchas gracias.

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