Las mujeres del Barrio de las Letras.
Es cierto que en González siempre insistimos en la figura de nuestro abuelo, Vicente González, como fundador del negocio y su presencia en el Barrio de las Letras. Sin embargo, aunque la casa lleve su nombre, la supervivencia y éxito de la aventura que supuso abrir una tienda de productos de calidad a comienzos del siglo XX, en 1931, se debe en grandísima medida a las mujeres de la casa. Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que González tiene nombre de mujer. Fueron ellas las que forjaron el estilo de la casa, las que mantuvieron la calidad del servicio, las que aguantaron las embestidas de la historia y sufrieron las consecuencias de nuestra guerra incivil.
En primer lugar, nuestra abuela, Candelas Hernanz Ramírez, puso todo su esfuerzo para que el proyecto de Vicente pudiera convertirse en una realidad. Y no sólo por su colaboración directa en la tienda, sino por la evidente labor que desarrolló criando a cuatro hijas que, años después, serían las verdaderas protagonistas y alma de la casa. También tuvieron un hijo que falleció con 15 años al finalizar la guerra. En un momento durísimo para la familia, Candelas tuvo que enfrentarse a esas circunstancias en solitario y mantener la tienda funcionando.
Carmen, Amparo, Toñi y Dora fueron durante muchos años el motor y el empuje de la casa. Carmen, por ser la mayor, durante los primeros años cuarenta; Dora, más brevemente, durante el final de los cuarenta y principio de los cincuenta; Amparo y Toñi, definitivamente el alma de González, desplegaron todo su esfuerzo y labor profesional hasta los años noventa, cuando pasaron el testigo a sus sobrinos. Esas cuatro mujeres, muy especialmente Amparo y Toñi, protagonizaron en nuestra tienda un papel que otras muchas mujeres desempeñaron también en sus respectivos negocios familiares. Ellas no tuvieron hijos, al contrario que Carmen y Dora, pero pusieron todo su amor y pasión en hacer de González el establecimiento de referencia en el que se convirtió.
El período de tiempo que va desde la postguerra hasta bien mediados los años sesenta fueron especialmente duros para los González, como lo fueron para tantas familias españolas. El mordisco de la guerra dejó solas durante ocho años a las mujeres de la casa que supieron sacar el barco de la tempestad a base de entrega, profesionalidad, imaginación y esfuerzo. Nadie les regaló nunca nada y menos siendo mujeres. Ellas representan para nosotros la imagen de la lucha y de la fe en un proyecto. Nos enseñaron la importancia del trabajo silencioso, de saber guardar las lágrimas para que puedan florecer las sonrisas en el futuro.
González tiene nombre de mujer como muchos de los negocios del Barrio de las Letras también lo tienen. Y no sólo del Barrio de las Letras, de la España moderna y progresista que hoy todos disfrutamos.
Detrás de toda gran empresa, y en nuestro caso no puede ser más cierto, siempre hay una gran mujer. Tal vez ya va siendo hora de que valoremos el esfuerzo de tantas mujeres en ámbitos tan diversos como las artes, la educación, la ciencia, la industria y la empresa. Detrás de muchos nombres comerciales están ellas. Sobre su esfuerzo se construyen nuestros sueños.
Gracias a esas mujeres de González que lucharon por mantener viva la ilusión del buen hacer y transmitieron a las siguientes generaciones el respeto y la sensibilidad por la igualdad entre hombres y mujeres! Coincido con Alejandro: !Larga Vida a «Casa González»¡
Larga vida a las mujeres ¡Eskerrik Asko!
Aplausos y millones de gracias a las mujeres que han enfrentado la adversidad con el arma mas poderosa “El Amor” y sus anexos, la disciplina, la constancia, el positivismo. Un componente que da mas sabor a la vida es la gratitud. Felicitaciones Casa Gonzalez.
Muchas gracias, Mercedes. Con ese espíritu seguimos trabajando.
Bonito homenaje a las mujeres de este establecimiento.
Enhorabuena Paco por seguir adelante y por mostrar los auténticos valores de un negocio familiar tal y como se hacía ‘antes».
Habéis conseguido hacer de GONZALEZ un sitio muy especial donde siempre querremos volver.
Gracias, Esperanza. No hay un elogio mayor para nosotros que saber que González es también la casa ( el hogar) de nuestros clientes.
Los actuales regentes son dignos representantes de aquellas mujeres de las familia, y valientes luchadores en tiempos de pandemia.
! Larga vida a «Casa González»
(familia González)
Alejandro, como siempre eres muy generoso con nosotros. El valor siempre se conjuga en compañía, es el reflejo de la solidaridad.